Con una proporción en España del 2,4 % de la población mayor de 20 años, la fibromialgia es una enfermedad de origen desconocido que se caracteriza por un dolor crónico generalizado localizado sobre todo en el aparato locomotor. Si bien carece de un método de diagnóstico definitivo y se presenta asociada al cansancio, depresión, ansiedad, cefaleas o rigidez articular, aun hoy hay grandes diferencias entre quienes la consideran o no una enfermedad.
Una investigación del CIC bioGUNE (Center for Cooperative Research in Biosciences), en colaboración con el Hospital Universitario de Donostia, determina que existen "diferencias moleculares asociadas" a esta enfermedad, ya que se ha identificado una lista de potenciales biomarcadores para el diagnóstico de la fibromialgia.
El estudio, publicado en la revista eBiomedicine (del grupo The Lancet) refuerza la idea de que la fibromialgia es una enfermedad real, en la que existen diferencias a nivel molecular que pueden ayudar a explicarla y que pueden servir como punto de partida para encontrar posibles terapias.
En el estudio, conducido por Juan Manuel Falcón, investigador en CIC bioGUNE, se han combinado distintas tecnologías ómicas de última generación que proporcionan una información detallada de la composición de las muestras. Falcón explicó que estas tecnologías han permitido encontrar diferencias a nivel molecular que se pueden asociar a la fibromialgia, una enfermedad para la cual, ha destacado, «no existe un método de diagnóstico objetivo».
El dolor crónico a nivel sistémico, no localizado, ha provocado una asociación de la enfermedad con el sistema nervioso central, pese a que la hipótesis en el estudio de los investigadores era que esa relación con el sistema nervioso central podría verse reflejada en el microbioma intestinal -la población de bacterias intestinal-, dada la existencia demostrada del eje intestino-cerebro, mediante el cual se han propuesto diversos mecanismos por los cuales las bacterias intestinales pueden comunicarse e interaccionar con el huésped.
Asiduamente se considera que se trata de una enfermedad irreal y a los pacientes como exagerados, por lo que se «les puede llegar a ignorar», lo que ha generado muchos problemas judiciales en el entorno laboral. Por ello, según han dicho, eso supone que, hasta el momento en que se ofrece un diagnóstico fiable, los pacientes pasan de consulta a consulta, donde cada médico recomienda un régimen de fármacos distinto.
Cuestionario para el diagnóstico
En la actualidad para diagnosticar la fibromialgia se usa un cuestionario de unas 40 preguntas sobre la presencia o no de síntomas de distinta índole, lo que implica que, más allá de un índice de dolor global, hay variados factores que pueden influenciar el proceso diagnóstico.
Referencia
Marc Clos-Garcia, Naiara Andrés-Marin, Gorka Fernández-Eulate, Leticia Abecia, José L. Lavín, Sebastiaan van Liempd, Diana Cabrera, Félix Royo, Alejandro Valero, Nerea Errazquin, María Cristina Gómez Vega, Leila Govillard, Michael R. Tackett, Genesis Tejada, Esperanza Gónzalez, Juan Anguita, Luis Bujanda, Ana María Callejo Orcasitas, Ana M. Aransay, Olga Maíz, Adolfo López de Munain, Juan Manuel Falcón-Pérez,
Gut microbiome and serum metabolome analyses identify molecular biomarkers and altered glutamate metabolism in fibromyalgia,
EBioMedicine, Volume 46, 2019, Pages 499-511,
ISSN 2352-3964, https://doi.org/10.1016/j.ebiom.2019.07.031.
(http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352396419304736)