Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, probaron una molécula que regeneraría los cartílagos afectados por artrosis. Un paso más hacia la cura.
Una nueva estrategia experimental desarrollada por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge (Estados Unidos), permite a un fármaco contra la artrosis acceder al interior del cartílago de las articulaciones y regenerarlo. El avance, ensayado en ratas, implica un paso adelante para lograr un tratamiento que frene la progresión de esta enfermedad, que hasta la actualidad no tiene cura.
La artrosis, que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, produce una degeneración progresiva del cartílago de las articulaciones a causa del envejecimiento o de lesiones. Esta patología no tiene cura y no se repone el daño, ya que el cartílago es un tejido que no se puede regenerar.
Hoy en día, los tratamientos que se utilizan para la artrosis pasan por disminuir los síntomas de la enfermedad, pero no existe nada que frene su progresión. Cuando el tratamiento farmacológico no es suficiente, los pacientes pueden optar a someterse a una operación para introducir una prótesis en la articulación afectada, un procedimiento no exento de riesgos ni definitivo.
Nueva esperanza
Uno de los problemas habituales es que los medicamentos no logran acceder al cartílago afectado, ya que la mayoría se elimina de las articulaciones antes de que puedan tener efecto o bien no pueden penetrar en el interior del cartílago, donde se encuentran las células que lo producen –los condrocitos–, de forma que no pueden llevar a cabo su función.
Los investigadores del MIT han buscado una estrategia para sortear este escollo: diseñaron nanotransportador, una molécula que actúa como un vehículo capaz de introducirse dentro del cartílago y llevar un fármaco hasta los condrocitos. La molécula consta de una parte esférica a la que se unen el fármaco, estructuras en forma de rama con carga eléctrica positiva y un compuesto llamada PEG.
Ya que el cartílago tiene carga negativa, las cargas positivas del nanotransportador hacen que se adhiera al tejido. El PEG, por otra parte, le permite abrirse paso a través del cartílago y llegar hasta los condrocitos.
Según publican en la revista Science Translational Medicine, los científicos añadieron al nanotransportador un fármaco llamado IGF-1, que estimula la producción de cartílago y la supervivencia y el crecimiento de los condrocitos. Para poner a prueba la estrategia, inyectaron el nanotransportador con el fármaco en las articulaciones de las rodillas de ratas que tenían artrosis por una lesión. El tratamiento redujo la degeneración del cartílago, la inflamación y la aparición de alteraciones del hueso relacionadas con la artrosis. En comparación con la inyección de IGF-1 solo, la combinación con el nanotransportador multiplicó por diez la vida media del fármaco en las articulaciones. Además, este se mantuvo en concentraciones efectivas en el cartílago durante treinta días, por lo que, potencialmente, una inyección bisemanal o mensual sería suficiente.
El nanotransportador podría adaptarse para cargar con otros fármacos y para tratar la artrosis asociada al envejecimiento. Antes de que pueda empezar a ensayarse en personas, no obstante, los autores deberán probarlo en otros animales más grandes, con articulaciones más parecidas a las humanas.
Referencia
Los nanotransportadores que penetran en el cartílago mejoran la administración y la eficacia del tratamiento del factor de crecimiento de la osteoartritis. PorBrett C. Geiger, Sheryl Wang, Robert F. Padera, Jr., Alan J. Grodzinsky, Paula T. Hammond. Medicina traslacional de la ciencia / 28 de noviembre de 2018.